El retrato de Baldessari: el delantero que añora el Cristal del ayer
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Horacio Baldessari, el recordado ídolo y goleador de Sporting Cristal, ha levantado la voz de manera ferviente, como un rugido que resuena desde lo más profundo de su corazón celeste. En un intercambio matizado con Best Cable Sports, la Leyenda argentina ha expresado su preocupación por la falta de identidad que siente se está perdiendo en su amado club.
La identidad perdida en el camino
“Hablando de la identidad, ¿cómo puedes ver eso?” Se pregunta la Pepa con una lógica tan aguda como una tijera en manos de su madre. “En las inferiores, salvo Julinho, otro no sé, pero no hay exjugadores de Sporting Cristal. Si vamos a hablar de la identidad, necesito técnicos abajo que prediquen y sepan la historia del club”, esto lo dice con la autoridad que da el haber sudado la camiseta rimense durante inolvidables temporadas.
Baldessari lleva en su pecho una pasión que late con fervor, un bombardeo de emociones que lo impulsa a hablar con el alma en la mano, deseando ver caras conocidas que puedan transmitir lo que significa estar dentro de esta histórica institución.
¿Dónde están los referentes?
Un intento por contextualizar la situación llevó al periodista a mencionar nombres de antaño: Renzo Revoredo como entrenador U17, Carlos Lobatón en el rol de coordinador de fútbol, y Jorge Soto en el comando técnico. La respuesta de Baldessari fue tan elocuente como su característico grito de gol: un gesto que habla más que mil palabras, sugiriendo la falta de liderazgo en estas figuras.
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“Nunca nadie me llamó en Sporting Cristal. Yo tampoco fui a golpearle la puerta nunca, pero creo haber merecido, en algún momento, haber pasado por las inferiores”, confiesa Baldessari con la sinceridad de un niño pidiendo un deseo, añorando esos tiempos en los que la camiseta celeste era más que una prenda; era una armadura.
El asunto de los ‘robots’ en el campo
Por si fuera poco, la Pepa también arremetió contra la actitud de algunos jugadores actuales. Para él, muchos parecen robots más preocupados por lo material que por el honor de defender la celeste.
“Tenemos que encontrar jugadores que dejen de ser tan metálicos”, enfatiza con una mezcla de nostalgia y esperanza. “Una vez que te pones la camiseta celeste, deja la vida.” Su diatriba es una pausa dramática que busca despertar a aquellos que han olvidado lo que es jugar con el alma.
Camino del goleador a la leyenda
Más allá de la crítica, su historia personal es una oda a la perseverancia. Arribó a tierras peruanas en 1990 como un forastero en busca de fortuna con el Deportivo Municipal. Lo que comenzó como una prueba, culminó en una explosión de goles que hace recordar la explosión de un volcán.
Harold, con 29 años, transformó una oportunidad en un espectáculo de fútbol, demostrando que aún le quedaba pólvora en las botas.
El año siguiente marcó el inicio de su romance con Sporting Cristal, donde dejó huella eterna en el Torneo Descentralizado 1991. Un campeón que con sus 25 goles dejó perplejo a un país enamorado de su arte en el campo.
El retiro llegó en 1993, pero la llama que encendió nunca se apagó. Baldessari sigue siendo ese ídolo que, con cada palabra, nos invita a recordar la esencia de ser celeste.