El Sporting firma una remontada épica ante el Castellón para alcanzar la gloria en la promoción de ascenso
Con un desenlace digno de una novela de suspenso, el Sporting ha logrado sumar su tercera victoria consecutiva tras remontar un partido trepidante ante el Castellón. Este triunfo no solo impulsa a los sportinguistas a las codiciadas posiciones de promoción de ascenso, sino que también pone freno a la impresionante racha del Castellón como visitante, dejándolos sin brillo en una tarde llena de emociones.
Un inicio de infarto
El arranque fue explosivo. El Sporting salió como un vendaval, provocando una tarjeta a sus rivales ya en el segundo minuto. Sin embargo, el Castellón no tardó en tomar las riendas del juego. Ambos equipos, con más hambre de gol que de un mañana tranquilo, lanzaban el balón como si les quemara en los pies. Con un constante ir y venir, se sucedieron jugadas llenas de precipitación.
Errores que cuestan caro
A pesar de la intensidad, las defensas se mantenían firmes, mostrando un espectáculo de contraataques que, como fuegos artificiales, prometían mucho pero se apagaban en nada. No obstante, en un desafortunado momento, un mal despeje de Gelabert puso en bandeja el gol para Mamah, que se coló por el palo bajo la incrédula mirada de la afición rojiblanca.
Alternancias y oportunidades perdidas
El Sporting no tardó en reaccionar y estuvo a punto de empatar con un gol de Otero que fue anulado por fuera de juego. Desde ese punto hasta el final del primer tiempo, los locales amenazaron con varios remates claros de Guille Rosas, Dubasín y de nuevo Otero, pero la pelota se negó a cruzar la línea de gol.
Segundo tiempo: el impulso decisivo
La segunda mitad no defraudó. El Sporting salió con la misma intensidad pero seguía mostrando el mismo talón de Aquiles: la falta de puntería. En un momento clave, Otero, con el gol en sus botas, optó por disparar en lugar de asistir al completamente desmarcado Dubasín, perdiendo una oportunidad de oro.
La impaciencia de los seguidores no tardó en dirigirse hacia el portero del Castellón, quien seguía dilatando el juego, una táctica que venía empleando desde que se pusieron por delante en el marcador.
Final dramático con recompensa
El dicho «tanto va el cántaro a la fuente» se hizo realidad cuando el Sporting, en una brillante combinación entre Nacho Méndez y Dubasín, logró finalmente batir al portero, con el capitán driblando y marcando un tiro cruzado.
Aunque el Castellón intentó frenar el ímpetu local, el Sporting apretó hasta el final. Y en el ocaso del partido, un saque de esquina botado por Cote terminó con Dubasín asistiendo a Diego Sánchez, quien entre un mar de piernas, aseguró la victoria con un remate que desencadenó la locura en el estadio. Una victoria que deja al Sporting soñando con lo que podría ser, mientras el Castellón se va con las manos vacías, reflexionando sobre lo que pudo haber sido.
