La tormenta en el fútbol mexicano se intensifica más allá del terreno de juego. Ecos de descontento resuenan entre los dueños de los equipos, quienes han puesto en la mira a Juan Carlos Rodríguez, el actual alto comisionado de la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut). Apenas unos años en su posición y ya está enredado en la intrincada política del balompié nacional.
Las Campanas de Alarma en la Femexfut
Rodríguez, apodado ‘La Bomba’, se balancea en una delgada cuerda floja. Asumió su rol tras el fiasco en Qatar 2022, donde la Selección Mexicana tropezó en la fase de grupos, dejando atónitos a los fanáticos que esperaban con ansias el pase a los octavos de final, algo que se había vuelto habitual desde 1978.
¿Un Gol en Propia Puerta?
Al asumir el mando, Juan Carlos inició una reestructuración profunda, cediendo la presidencia a Ivar Sisniega mientras se colocaba como Alto Comisionado. Sin embargo, el rendimiento en la cancha no ha dado una vuelta de tuerca. La selección ha visto desfilar a tres técnicos desde aquel mundial, y la estabilidad parece una quimera. Se reporta que su posición pende de un hilo debido a esta inestabilidad.
El Dilema del Fondo de Inversión
El problema no se limita a los resultados deportivos. El Fondo de Inversión propuesto por Rodríguez, destinado a llenar de recursos el fútbol tricolor, parece estar chocando con la pared de las exigencias de transparencia y gestión eficiente, algo que no todos los clubes están dispuestos a abrazar. Esta propuesta ha sido un verdadero gol anulado para Rodríguez, encendiendo la furia de varios dueños.
El Poder Entre Bastidores
En la próxima reunión en diciembre, los titanes del balón tricolor se alistan para presionar a ‘La Bomba’. Con el soporte de Televisa en duda, Rodríguez podría enfrentar un juego de eliminación directa. Destacan en la ofensiva los grupos Orlegi y Pachuca, dueños de los equipos Santos y Atlas, así como Pachuca y León respectivamente.
¿Una Bomba Destinada a Estallar?
El control de Emilio Azcárraga sobre el fútbol mexicano sigue siendo un poder gigantesco, y aunque existe la esperanza de que Rodríguez mantenga su lugar, el anhelado Fondo de Inversión parece transformarse en un espejismo en el desierto futbolístico. Las tensiones están al rojo vivo y el desenlace puede ser tan impredecible como un partido en tiempos de compensación. ¡El balón está en juego y esto apenas comienza!