Luis Carrión dice adiós a Las Palmas. El entrenador ha sido despedido tras solo nueve encuentros al frente del equipo en La Liga, una racha en la que acumuló apenas tres empates y sufrió seis derrotas. Con un contrato que se extendía hasta el 30 de junio de 2026, sus días al mando se han visto truncados pese a las promesas de buen juego, como se observó contra el Real Betis. Sin embargo, al final, los resultados implacables fueron como un vendaval que se llevó sus esperanzas por delante.
Un Nuevo Horizonte en el Parón Internacional
Las Palmas no pierde tiempo y ya examina el mercado mientras dura el parón internacional. Este periodo es una quietud antes de la tormenta: el momento perfecto para que los equipos en apuros reconsideren sus estrategias. Diego Martínez es uno de los nombres que más han sonado, y su llegada se contempla como un revulsivo necesario para un equipo que busca renacer de sus cenizas.
El Poder del Tiempo: Un Receso Oportuno
Estas dos semanas sin competición son como un oasis en el desierto para equipos como Las Palmas. Aquí reside la oportunidad de oro para un entrenador recién llegado: conocer a sus jugadores en detalle, implementar nuevos métodos y prepararse sin la presión inmediata de enfrentarse a otra tormenta de rivalidad.
Una Tormenta en Primera División
Por ahora, el resto de los 19 entrenadores de la Primera División siguen firmes en sus puestos, pero algunos caminan por la cuerda floja. Un ejemplo es García Pimienta, que, contra todo pronóstico, fue renovado por Sevilla y ha logrado enderezar el timón del equipo, especialmente visible en el electrizante derbi sevillano. Pezzolano, también, está en la línea de fuego.
El Sueño Roto de Carrión
Luis Carrión llegó a Las Palmas con el mismo fervor que un joven caballero en su cruzada: deseaba consolidar un método que ya había palpado el éxito en Segunda División. Estuvo cerca de ascender al Real Oviedo y decidió embarcarse con los canarios tras concluir el playoff. Con un estilo claro basado en la posesión del balón, su filosofía era atrapar al rival como una danza magnética para luego encontrar los espacios donde atacar. Sin embargo, el equipo no logró materializar su visión, y como un castillo de naipes, todo se vino abajo a pesar de las declaraciones del presidente Ramírez de que acompañarían a Carrión incluso de vuelta a Segunda. El fútbol, tal como la vida, sigue siendo implacable.