La atmósfera futbolística en Colombia está que arde. La controversia por presuntos amaños de partidos ha puesto a rodar el balón de la incertidumbre, y ahora los árbitros colombianos también están en el ojo del huracán. Después de que se dio a conocer que un jugador de Envigado podría estar involucrado en estos amaños, una bomba informativa estalla desde Brasil, donde se señala a dos jueces colombianos en un nuevo capítulo de esta novela de apuestas y corrupción futbolística.
El rey del descenso canta gol
El empresario brasileño, William Rogatto, autodenominado el ‘Rey del Descenso’, ha confesado en Brasil ante la Comisión Parlamentaria de Investigación, ser parte de una red de apuestas ilegales que ha salpicado, nada más y nada menos, que a dos árbitros colombianos. Rogatto, un estratega del bajo mundo, ha revelado que estos jueces han trabajado para él, poniendo en jaque el juego limpio en nuestro balompié.
Un escándalo de alto voltaje
Rogatto, quien ha amasado más de 200 millones de pesos colombianos manipulando partidos en las ligas de ascenso brasileñas, declara tener pruebas en video de estos árbitros operando desde la primera división del fútbol colombiano. «Tengo videos de dos árbitros de Colombia, en la primera división del fútbol colombiano, que trabajaron para mí recientemente», comentó con la frialdad de quien conoce bien las canchas torcidas.
La mafia que juega de visitante
En un relato escalofriante, Rogatto asegura que su vida corre peligro si decide cantar todos los detalles de esta red de apuestas. Con la audacia de quien dribla entre la ley y la trampa, menciona tener apuestas corriendo en nueve países y deja en claro que paga bien a los deportistas, pero que su objetivo primordial es ganar a cualquier costo.
Todo esto ha llevado a una niebla de incertidumbre sobre la cancha del fútbol colombiano, donde los jueces, piezas fundamentales del engranaje futbolístico, podrían estar jugando un partido más peligroso de lo que se imagina.
Por ahora, las identidades de los árbitros implicados permanecen escondidas como un balón en un campo minado, y todos esperan que las investigaciones desenreden esta maraña de ilegalidad para devolver la gloria al deporte más amado del país.
