El Girona FC, en su debut en la prestigiosa Liga de Campeones el pasado miércoles, dejó a la afición con la boca abierta y no solo por el juego en Montilivi contra el Feyenoord. Aunque dominó la emoción en el campo, fuera del césped se vivieron momentos dignos de un thriller deportivo. Durante este esperado encuentro, el club detectó y bloqueó un total de 130 entradas de reventa, asegurando que la pasión y el furor en las gradas fueran de auténticos seguidores.
Un Montilivi casi lleno hasta la bandera
En un ambiente que rozaba lo mítico, 8.752 almas ocupaban sus asientos, casi el 90% de la capacidad permitida por la normativa UEFA que limita el aforo a 9.721 personas en Montilivi. A cada rincón del estadio llegaba el eco de cánticos y vítores, mientras el Girona estrenaba su andadura en la Champions. De las localidades, el grueso lo componían 6.000 socios fieles y apasionados que vivieron al borde de sus butacas cada minuto del juego.
Las cifras cantan
Con precisión quirúrgica, el Girona detalló cómo se distribuyeron las entradas. Aparte de los socios, unas 1.300 se destinaron a la UEFA, mientras que 1.500 correspondían a los compromisos del club, 700 al equipo visitante, y el resto, un total de 221, estaba reservado para los medios de comunicación que trasladan la épica al mundo. Los procesos de venta, como un complicado pero emocionante ballet administrativo, dejaron algunas entradas libres en el último minuto, con 112 que quedaron sin vender.
Disturbios frenados en seco
El club catalán mostró mano firme bloqueando las 130 entradas revendidas y aseguró que tomará medidas contundentes para sancionar estas prácticas. Aunque más de 500 personas que tenían entradas no dieron la bienvenida al césped de Montilivi, aquellos que sí lo hicieron fueron testigos de un espectáculo único.
Riesgos controlados y novedades a la vista
El choque fue considerado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia, y aunque algunos aficionados encontraron retrasos en los accesos, la seguridad fue, como un arquero en su mejor forma, una prioridad incontestable. Con el objetivo de mejorar la fluidez en futuros partidos, el Girona ha solicitado a LaLiga una ampliación de los tornos de acceso al estadio, aunque, de momento, LaLiga se resiste, afirmando que el aforo actual de Montilivi no lo justifica.
La pasión desbordante se vivió tanto en las gradas como en el campo, en un día que sin duda quedará grabado en la memoria de los hinchas gironins como el comienzo de su propia odisea en la Champions.