El América, un gigante del fútbol mexicano, ha experimentado un giro inesperado en su temporada de localía. Empujados fuera del emblemático Estadio Azteca debido a las remodelaciones con miras al Mundial de 2026, los de Coapa han tenido que trasladarse al Estadio de la Ciudad de los Deportes. Sin embargo, este cambio no ha sido tan exitoso como esperaban, atrayendo menos aficionados de lo anticipado, una situación que ha dejado perplejo a Santiago Baños, su director deportivo.
¿Un gigante sin hogar completo?
Imagina que el Estadio Azteca es un coloso dormido, y a sus pies, América busca refugio temporal, pero su elección de nuevo hogar no ha satisfecho a su fiel afición. El Estadio de la Ciudad de los Deportes, con su capacidad para 34,253 espectadores, no ha logrado brindar la experiencia que los hinchas azulcremas anhelan. Ha sido como tratar de encajar toda una orquesta en una sala de estar: simplemente no se puede.
La asistencia que deja sabor amargo
A pesar de un año dorado para América, con un espectacular doblete en la Liga MX tras vencer a Tigres en el Apertura 2023 y a Cruz Azul en el Clausura 2024, las gradas han estado lejos de llenarse. Aquí los números cuentan una historia diferente:
- J2 – América 3-1 Querétaro: 9,997 aficionados
- J5 – América 0-1 Puebla: 11,978 aficionados
- J7 – América 1-0 Chivas: 26,040 aficionados
- J8 – América 3-0 Atlas: 10,236 aficionados
- J10 – América 0-1 Pumas: 23,401 aficionados
Esta realidad tiene a Santiago Baños preocupado y reflexionando en voz alta. «No me preocupa, pero me entristece,» comenta Baños, evocando la imagen de un titán cuya única batalla perdida no es en la cancha, sino en las tribunas.
El reto del tricampeonato se ve empañado
El promedio de asistencia del América en este torneo es el más bajo entre los equipos de la Ciudad de México en la Liga MX, un dato que pone sal en la herida. Sin embargo, el espíritu deportivo sigue ardiendo, y el objetivo no ha cambiado: convertir a las Águilas en el primer equipo en lograr un tricampeonato en torneos cortos.
Baños reconoce que el camino es arduo, «Sería espectacular… no es fácil», dice, reflejando la presión de un equipo que carga en sus hombros las expectativas de toda una afición, como un guerrero que busca la gloria en un campo de batalla en constante cambio.
Pero la verdadera preocupación ronda en torno a los ingresos y la magia que falta en el ambiente del estadio. Aún así, con cada paso que dan, las Águilas esperan que su afición vuele junto a ellos en cada jugada, hasta alcanzar juntos las estrellas del tricampeonato.