Independiente, con Vaccari a la cabeza, sigue buscando romper esa racha de empates que parece una sombra incansable. «El equipo estuvo agresivo en la búsqueda», confesó el técnico, y la verdad es que los hinchas no pueden decir que les falte corazón. ¡Qué partido, señores! La cancha parecía un campo de batalla, con los jugadores dejando todo, como leones enjaulados que buscan la gloria.
Una Aventura Emocionante
El encuentro arrancó con Independiente mostrando sus cartas desde el primer minuto, como quien va a la guerra sin miramientos. La hinchada se prendió de inmediato—¡cómo no hacerlo!—cuando vieron a sus muchachos salir con el cuchillo entre los dientes. El mediocampo fue un hervidero de intensidad, y cada entrada era un «¡uh!» que resonaba desde la Popular hasta la platea.
Las Jugadas Clave
Desde el arranque se notó la diferencia en actitud. En el minuto 15, Pérez—¡qué calidad, por Dios!—sacó un remate que dejó vibrando las redes, aunque finalmente se fue apenas desviado. Fue una jugada que hizo parar a más de uno de su asiento. Luego, al minuto 32, Martínez metió un pase filtrado que fue poesía en movimiento, dejando mano a mano a Ramírez con el arquero. El grito de gol quedó atragantado cuando el arquero rival, en una atajada de locos, salvó su arco con la punta de los dedos.
El Segundo Tiempo, Una Montaña Rusa de Emociones
El complemento fue un verdadero sube y baja de emociones. Independiente no aflojó la marcha en ningún momento. Hubo más de una ocasión en la que la pelota se paseó por el área chica como si estuviera jugando al gato y al ratón. En el minuto 67, la hinchada casi enloqueció cuando Franco tomó un tiro libre desde la media luna. La pelota viajó como un misil hasta estrellarse en el travesaño con un sonoro «¡PUM!»
Las Palabras de Vaccari
Al término del partido, Vaccari no dudó en resaltar la entrega del equipo. «Estuvimos agresivos en la búsqueda», afirmó. Y no es para menos. Los jugadores dejaron hasta la última gota de sudor en el césped. Fue un empate que, si bien suma un punto más, deja un sabor agridulce. Pero con esta entrega y garra, el triunfo está a la vuelta de la esquina.
¡Así es! El Rojo sigue dando pelea, y los hinchas no pierden la fe. La racha de empates puede acabar en cualquier momento, y cuando ese día llegue, el Libertadores de América va a estallar de alegría. ¡Vamos, Independiente!