Las imágenes del feroz enfrentamiento entre Atlético Nacional y Junior en el estadio Atanasio Girardot recorrieron el mundo: hinchas armados hasta los dientes con puñales y machetes, atacándose sin piedad en las tribunas, heridos bañados en sangre siendo socorridos en los vestuarios, y familias angustiadas tratando de escapar del caos. ¡Inaceptable!
Reacción y Medidas Severas
Mientras se esperan las contundentes sanciones por parte de la Comisión de Disciplina de la Dimayor, que aún no se ha reunido, las ciudades golpeadas por la violencia futbolística ya están tomando cartas en el asunto.
Decisiones del Alcalde de Medellín
Federico Gutiérrez, el alcalde de Medellín, no se anduvo con rodeos: anunció el cierre inmediato del Atanasio Girardot para los próximos partidos de Atlético Nacional (ya se cumplió uno contra Boyacá Chicó) y prohibió la entrada de hinchadas visitantes por el resto de 2024 y todo 2025. ¡Una decisión drástica pero necesaria!
Gutiérrez también lanzó un ultimátum a todos los clubes de la Dimayor:
«Si los equipos no asumen la responsabilidad que les corresponde para las requisas y otros temas logísticos, no les presto el estadio de aquí en adelante tampoco», enfatizó el alcalde.
Un Mal Nacional
El problema de la violencia en los estadios no es exclusivo de Medellín. Según Gutiérrez, «este problema también lo tiene Galán en Bogotá, Alejandro Éder en Cali y Beltrán en Bucaramanga. Todos somos afectados». Por eso, se está planeando una reunión masiva con la Dimayor, los presidentes de los equipos, la Policía y el ministro del interior, Juan Fernando Cristo.
Un Espectáculo Manchado por la Violencia
La preocupación es palpable y la urgencia de hallar soluciones es imperativa. Las autoridades y los clubes de la Dimayor deben unirse para enfrentar este flagelo que contamina el fútbol, el deporte que enciende pasiones pero que jamás debería incitar al odio y la violencia.
Es tiempo de que todos los actores del fútbol colombiano pongan la mano en el corazón y trabajen para que las gradas del Atanasio Girardot y de todos los estadios del país vuelvan a ser lugares de alegría y celebración. ¡Que ruede la paz, no las cabezas!