Corea del Norte se alzó con la gloria del Mundial Femenino Sub-20 hace unas semanas tras superar por la mínima a Japón en un reñido duelo en el estadio El Campín. El gol de la victoria vino de la bota de Choe Il Son, la mejor jugadora del torneo, quien dejó su huella en el campo con una actuación estelar, a pesar de su timidez fuera de él.
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Un Regreso Triunfal a Pionyang
Tras varios días de laureles en tierras extranjeras, la delegación de Corea del Norte finalmente aterrizó en su suelo natal. La expectativa era palpable sobre cómo serían recibidas las campeonas, tanto por los aficionados como por el Gobierno, dado el halo de misterio que envuelve a la nación. Sin embargo, la recepción fue asombrosa. A su llegada, las jugadoras y el cuerpo técnico fueron subidos a un bus descapotado adornado con flores, que las llevó a recorrer la ciudad de Pionyang. Miles de personas salieron al encuentro, ovacionándolas en cada esquina. Curiosamente, no se avistaron teléfonos móviles capturando el momento; solo se escucharon los aplausos sinceros de su gente.
Encuentro con Kim Jong-un
Las campeonas ofrecieron el trofeo a su pueblo y, días después, fueron recibidas por el líder supremo de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-un. El mandatario, con una sonrisa de oreja a oreja, las atendió en su palacio y posó orgulloso con las jóvenes heroínas. Fue un momento de euforia y reconocimiento que quedará grabado en la memoria de todos.
Es importante recordar que la RPD de Corea terminó invicta en este campeonato, ganando todos los siete partidos que disputó. Su performance fue arrolladora, sumando 25 goles a favor y apenas 4 en contra. Este triunfo les permitió alzarse con el trofeo de la categoría por tercera vez en su historia.
En conclusión, lo que estas jóvenes han logrado es un verdadero reflejo de lucha, talento y dedicación. ¡Bravo, campeonas del mundo!
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