En una jornada electrizante en el Monumental, el gol se hizo desear para River frente a Talleres. ¡Sí, señores! Los hinchas millonarios se fueron del estadio con un nudo en la garganta después de una tarde-noche vibrante, donde las oportunidades eran como caramelos en la puerta del colegio, pero el grito de gol nunca llegó a estallar.
Un partido lleno de tensión y drama
¡Qué partido, señoras y señores! Desde el pitazo inicial, River Plate tomó el control del balón con la firme intención de romper el arco de Talleres. En la galería de oportunidades que desfilaron por el campo, cada jugada era un latigazo de emoción que nos hacía saltar de los asientos. Pero el destino, caprichoso y burlón, tenía otros planes.
Un vendaval de ocasiones
«Toco y me voy», «toco y me voy», parecían susurrar los pies de Juan Fernando Quintero mientras deslumbra con su magia, un pase perfecto tras otro. El colombiano, con su visión milimétrica, dibujó un servito para Barco; un pase que atravesaba la defensa como cuchillo en manteca. Pero el balón, travieso, decidió besar el palo en lugar de la red. ¡Ay, qué tiro libre, señores!
- Minuto 12: Enzo Pérez prueba desde afuera del área, rasante y potente, pero el arquero de Talleres vuela y con una atajada magistral saca el gol del ángulo. ¡Qué paradón!
- Minuto 23: Suárez recibe solo frente al arco, la defensa descolocada, el hincha ya se prepara para gritarlo… ¡Pero no! Desviado. ¡Otra vez será!
- Minuto 56: De la Cruz combina con Casco en una pared deliciosa, Casco se la devuelve de primera, De la Cruz define, ¡y otra vez el arquero se luce! ¡Es tremendo lo del uno de Talleres!
Dramas y suspiros en los minutos finales
¡Vamos, vamos, que se puede! A pesar de los mil intentos, River no baja los brazos. La intensidad, ese fuego que no cesa, se mantenía en el Monumental. El gol estaba ahí, al alcance de la mano, pero nunca, nunca terminó de entrar. Mientras el reloj agonizaba, el estadio era un hervidero de emociones, de murmullos, de ilusiones rotas y esperanzas renovadas en cada jugada.
- Minuto 75: Borja se sube al carro de los héroes potenciales, se lleva el balón y, con la defensa vencida, define… ¡Al travesaño! ¡BUM! La pelota rebota en la madera.
- Minuto 89: Pratto, fuera del área, le pega y un defensor de Talleres salva casi en la línea. ¡Milagro en el área de Talleres!
- Minuto 92: Último ataque, última bala en el tambor, centro de Angileri, Borré cabecea… ¡Y se va por encima del travesaño! No quiso entrar.
El desenlace
El pitazo final fue un baldazo de agua fría para los millonarios. El once de Gallardo jugó bien, pero esas definiciones y la excelsa actuación del arquero de Talleres conspiraron contra los deseos del Monumental. La suerte no estuvo de su lado esta vez.
River Plate intentó, buscó y luchó, pero el destino caprichoso hizo sonreír al rival. Esas noches en que la pelota, terca como mula, simplemente se niega a entrar. Los hinchas se fueron con la camiseta empapada de sudor y pasión, con la certeza de que el equipo dejó todo en la cancha, aunque el gol, finalmente, nunca quiso aparecer. ¡Qué jornada de fútbol vibrante e inolvidable!
