Boca es mi casa, me dolió mucho que el técnico no me tuviera en cuenta
Querida hinchada xeneize, en el corazón de un jugador hay lugares que significan todo y para el joven volante Aaron Taborda, esa cuna se llama Boca Juniors. Si Sentís cómo los latidos se aceleran cuando la pelota rueda sobre la Bombonera, entonces entendés lo que significa para Taborda que el técnico no lo haya tenido en cuenta. ¡Es como un gol en contra en el último minuto!
Una confesión desde el alma
Con la camiseta azul y oro tatuada en el alma, Aaron confesó con el coraje que le caracteriza: «Boca es mi casa, me dolió mucho que el técnico no me tuviera en cuenta». ¡Imagínense, lo dijo con el corazón en la mano y los ojos empañados! Es como cuando te arrebatan la gloria en el último segundo, como si te clavaran un dardo envenenado directo al alma.
El quiebre en la cancha
Cada vez que Taborda pisa el césped, parece que el tiempo se detiene y el estadio entero exhala una bocanada de aliento contenido. Pero, lamentablemente, en esta temporada, sus gambetas endiabladas y pases milimétricos quedaron fuera del radar del entrenador. ¡Un balde de agua fría para el joven talento!
Pasión y garra en cada jugada
Podés verlo en los entrenamientos, donde cada movimiento es una declaración de amor al club. Taborda se desliza por la cancha con la energía de un rayo y la precisión de un reloj suizo. ¡Ah, qué maravilla verlo en acción! Cada pase, cada pique, es un poema escrito con los botines.
- Superación Personal: A pesar del descontento, Taborda ha decidido enfocar su energía en mejorar y mostrarle al DT que se equivocó.
- Compromiso: Su amor por Boca es inquebrantable, una relación tan sólida como los cimientos de la Bombonera.
- Esperanza: Cree firmemente en que tendrá su oportunidad. «La vida siempre te da segundas chances», dijo con una sonrisa que refleja su pasión y garra.
Mirando al futuro con esperanza
Este chico no se rinde, y si hay algo que los hinchas de Boca sabemos es que en la adversidad, se muestra la verdadera grandeza. Aaron Taborda está determinado a volver a brillar en el templo del fútbol. Como dijo alguna vez el mítico Diego: “La pelota no se mancha”, y Taborda la llevará limpia hasta que vuelva a pisar el verde césped titular.
¡Vamos, Aaron! La hinchada espera con ansias verte romperla en el verde césped. Porque si algo nos enseñaron estos colores, es que nunca hay que bajar los brazos. ¡Aguante Boca y aguante Taborda!