Todo cambia excepto que nada lo hace. Esta frase podría describir perfectamente el comienzo de la temporada 2024/2025 para el Girona de Michel, que ya ha viajado a Sevilla para enfrentarse al Betis, al Atlético de Madrid y al Sevilla antes de recibir al FC Barcelona este domingo. Y como si esto fuera poco, el equipo catalán se prepara para un debut histórico en la Champions League frente al PSG. Han partido cinco piezas clave, dando la bienvenida a nuevos jugadores que, sin tanto renombre, han mantenido la esencia intacta. Al igual que la temporada pasada, el Girona sigue siendo el equipo de LaLiga que mejores oportunidades de gol genera.
La fórmula mágica del xG
La estadística del xG por disparo, que asigna un valor a cada ocasión en función de la posición del rematador, de los rivales, del portero, y de la distancia hacia la portería, dice mucho del Girona. No se trata solo de cuántas ocasiones generan, sino de la calidad de esas oportunidades. En este inicio de temporada, el Girona se sitúa como el octavo equipo en disparos (11,75 por partido), superado por conjuntos como el Getafe de Bordalás. Sin embargo, mientras el Getafe tiene la peor media de xG/disparo (0,05), el Girona lidera esta métrica con un 0,12, un premio que ya se llevaron la temporada pasada.
El equipo más centrador y de los que más pases da
Menos es más, y el Girona lo está demostrando al marcar cuatro de sus seis goles (sin contar el penalti ante Osasuna) desde el área pequeña. Uno de los secretos de Michel es cómo ocupan el área, algo que ya se vio la temporada pasada. Han pasado de dar 496 a 530 pases por partido este inicio liguero, con una banda izquierda hiper dinámica y precisa, liderada por Blind y Miguel Gutiérrez. No hay equipo en LaLiga que centre más que el Girona, con 12,75 centros por encuentro, a pesar de contar con un nueve como Abel Ruiz, más eficaz fuera del área que dentro.
Goles de estrategia y movimientos ensayados
La mayoría de los goles del Girona llegan tras un patrón claramente estudiado: un futbolista, ya sea extremo o lateral, conduce el balón mientras su compañero rompe en el intervalo en un movimiento perfectamente ensayado. Este corte secciona a la defensa, obligando a un central a abandonar su posición. Ahí, en ese instante decisivo, el Girona ya ha ganado. Cada jugador ataca un intervalo distinto, aumentando así las probabilidades de gol.
La virtud de la paciencia
El Girona destaca por su paciencia a la hora de elaborar sus ataques. Se toman su tiempo, con largas secuencias de pases, hasta encontrar la ventaja por las bandas, donde Bryan Gil, Miguel y Tsygankov, futbolistas de gran habilidad y visión de juego, se juntan. La diferencia es que la pelota les llega en condiciones óptimas, con el equipo ya preparado para cargar las zonas de remate y los centrales muy arriba, dificultando la defensa rival.
A pesar de la marcha de jugadores clave como Sávio y Dovbyk, que generaron muchos goles la temporada pasada, los de Michel se mantienen fieles a su estilo. Cuando hay una idea clara y todos creen en ella, las bajas no son insuperables y el fútbol siempre encuentra la manera de abrirse paso.
