El fútbol chileno sigue su curso y hay un equipo que promete grandes emociones: Cobreloa. La primera rueda de los loínos ha sido como una montaña rusa; comenzaron con el pie derecho, logrando victorias importantes, incluyendo un memorable triunfo ante Colo Colo en el estadio Monumental. Sin embargo, la efervescencia no duró mucho, y el equipo se vio en una caída libre, que terminó con la salida del técnico Emiliano Astorga. Desde entonces, han pasado por varios interinos antes de llegar a su actual entrenador, Dalcio Giovagnoli.
El Renacer Naranja: Intertemporada al Estilo Retro
Giovagnoli ha tomado una decisión audaz para reavivar el ímpetu de su equipo: iniciar la intertemporada anticipadamente, y a la vieja usanza. Bajo su mando, el plantel completo de Cobreloa arrancó con todo, corriendo por las calles de Calama, dejándolo todo en cada zancada.
La Filosofía de la Exigencia
Después de un entrenamiento que dejó a más de alguno jadeando, el preparador físico Pablo Masiero conversó con los medios locales para explicar los fundamentos de este exigente régimen de trabajo. «Primeramente estamos intentando rearmar el plantel, recuperando a los lesionados, creando una base física e ir implementando los trabajos que quiere Dalcio», señaló Masiero con una chispa de optimismo en sus ojos.
Una Terapia para el Alma y el Cuerpo
Consultado sobre los objetivos de esta actividad, Masiero fue claro y enfático: «Un poquito por lo que mencionaba, optamos por un método tradicional, para oxigenarse no sólo desde lo fisiológico, también desde la cabeza, un poco de descarga psicológica para soportar ese esfuerzo y trasladar ese esfuerzo a la cancha». Es decir, buscan un equilibrio que permita no solo la recuperación física sino también mental de los jugadores.
¿Cómo se lo tomaron los jugadores de Cobreloa?
Contra todo pronóstico, el PF Pablo Masiero destaca la excelente disposición del plantel: «Había algunos que podrían ser reacios a este tipo de trabajos, pero aquí todos han puesto el hombro. ¡Realmente fenomenal!»
La pretemporada de Cobreloa promete mucho más que cansancio físico; es una apuesta a revitalizar el equipo y, quién sabe, quizás estén sembrando la semilla de un renacer que los lleve a alturas insospechadas en el campeonato. ¡Vamos, zorros! ¡No nos dejen de sorprender!