El Barcelona pensaba que había conseguido su primer gran logro de la temporada: inscribir a toda su plantilla. Aunque implicara desprenderse de algunos jugadores bajo condiciones casi irrisorias, el esfuerzo tenía recompensa. Dani Olmo, registrado in extremis y solo hasta el 31 de diciembre, ya celebró su inscripción sumando los primeros tres puntos en Vallecas. La tarea no fue sencilla, y cada verano el club parece acercarse peligrosamente a una catástrofe.
Sin embargo, probablemente Andreas Christensen no compartiera el mismo entusiasmo festivo. Aquí es donde entra en juego el toque mágico del presidente azulgrana, Joan Laporta. La lesión del defensa danés, aunque vista como un golpe duro a las expectativas del club, se convirtió en una oportunidad. Con la baja de más de cuatro meses de Christensen, sumada a la de Lenglet, Laporta abrió la puerta para inscribir a Dani Olmo. ¡Jugada maestra, Joan! O eso parecía en aquel momento…
Realidad vs. Expectativa
Desafortunadamente, la realidad ha llegado con contundencia. La lesión de Marc Bernal deja el centro del campo completamente desguarnecido. Sin Gundogan por caro, sin Christensen como parche y con Eric García y De Jong en condiciones inciertas, la situación es crítica. El milagro de inscribir a Olmo agotó todas las balas del Barcelona y, sin margen salarial, la urgencia se torna desesperante.
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La indecisión con el patrocinador principal, Nike, también juega en contra. Un acuerdo que parecía cerrado a finales de junio se detuvo intempestivamente. ¿Qué solicitó Laporta a última hora para casi romper las negociaciones? Con la urgencia de la lesión post-partido en Vallecas, el Barcelona debe cerrar el trato con Nike en apenas 48 horas para inscribir a un sustituto. La paciencia de la multinacional está al límite, lo cual podría desatar un efecto dominó que afecte significativamente al club.
Una Apuesta Arriesgada
La irónica lesión de Christensen proporcionó una extensión, casi como un boleto de lotería para Laporta. Sin cerrar el acuerdo con Nike, se había ganado hasta el 31 de diciembre para ajustar las finanzas. Si no toman acciones rápidas, el 1 de enero, Dani Olmo dejaría de estar inscrito, consolidándose como otro capítulo en esta frenética saga.
Ahora, el club debe tomar acción: negociar términos aceptables con Nike y presentar la renovación a LaLiga para cubrir la baja de Bernal. Si no lo logran, y Nike se mantiene firme en sus limitaciones, el presente contrato vigente hasta 2028 seguirá sin renovación, y el club se enfrentará a otro obstáculo financiero significativo. Los desafíos son inminentes y requieren soluciones inmediatas.
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Con la inscripción de Dani Olmo, no solo respiraron aliviados en el Camp Nou. La tensión también se trasladó a las oficinas de LaLiga, donde las arriesgadas maniobras financieras del Barça generan cada vez más expectativa. Esta vez brindaron con cava por haber logrado a tiempo la gesta, pero ¿será suficiente?
Ahora, el club afronta cuatro meses críticos hasta la ventana de invierno, sin espacio para más lesiones. Y pensar que hace apenas dos meses Laporta había asegurado en una entrevista en Catalunya Radio que podían permitirse fichar a Nico Williams por unos 60 millones. Desde entonces, enfureció al Athletic, movió a varios jugadores, y usó las lesiones de Christensen y otro jugador para cerrar inscripciones críticas a último momento. Quizás el cava se destapó demasiado pronto.
El Camino por Recorrer
En un club bien dirigido, esta afortunada (y desafortunada para Christensen) carambola habría sido vista como una oportunidad para sentarse a resolver deudas pendientes con Nike, Vestigia y salvar al club de su ahogo financiero. En lugar de ello, el Barcelona sigue dejándolo todo para el último minuto.
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Osasuna se refuerza con Boyomo; Cenk y Caufriez encuentran nuevos destinos en LaLigaAsí que no nos sorprendamos si, a las 23:59 del próximo 30 de agosto, estamos aquí, intentando explicar, a nuestra manera, la nueva fantasía burocrática del Barça para inscribir a quien haga falta. ¡Venga, ese cava para todos, que nos lo hemos ganado!
